Lo primero que puedo decirte como vocal coach es que la voz se emite desde un órgano acústico que no se ve, generando desconcierto o admiración. Incluso no tiene el reconocimiento instrumental que debiera, mitificándola como si de un don se tratara.
Este desconocimiento generalizado hace que los cantantes y los parlantes trabajen bien por imitación de sonidos o con sensaciones difusas y poco concretas llegando a momentos de malestar, dudas y crisis por falta de control.
La ciencia ha ofrecido muchas respuestas sobre el funcionamiento de la voz humana. Somos testigos de grandes descubrimientos sobre la funcionalidad de la laringe y la emisión de la voz. La coordinación de las cuerdas vocales, la regulación del aire, el control del apoyo, el buen manejo de las estructuras orgánicas y los resonadores forman a grosso modo un primer esqueleto vocal ordenado. Aquí nos movemos en el plano físico y funcional de la voz.
Pero más allá de la propia emisión de la voz, en la comunicación oral intervienen otro tipo de variables relacionadas con la coherencia entre lo que decimos, cómo lo decimos y qué matiz emocional le ponemos al conjunto. Y esa parte es clave para una comunicación efectiva.